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viernes, 5 de junio de 2015

Galápagos, un sueño en azul

Dejamos Perú con la sensación de que podíamos pasar algunas semanas más y que nos faltaba mucho por conocer, pero el tiempo apremiaba y nos quedaba un último país por conocer antes del retorno, Ecuador.
Durante las últimas semanas del viaje, nos estuvimos planteando un gran final para América y tras pensarlo un poco y buscar mucho por internet, decidimos que la mejor manera sería cumplir otro de nuestros grandes sueños, ir a Galápagos.  Mucha gente realiza este viaje para conocer las famosas islas, pero nosotros sabíamos que el verdadero espectáculo se encuentra bajo las aguas, y más concretamente en las profundidades de las dos islas más remotas: Wolf y Darwin.

Como podéis comprabar, cumplimos nuestro Sueño y buceamos con cientos de tiburones en uno de los mejores destinos del mundo.
 Sabíamos que no era la mejor época para bucear en las Galápagos y menos aún este año en el que el efecto del Niño había hecho subir las temperaturas por encima de lo normal. Así y todo no dejamos escapar la oportunidad, por lo que el día 25 de mayo y tras un vuelo a la isla de San Cristóbal, nos embarcamos en el  Humboldt Explorer para pasar los siguientes 8 emocionantes días.

Tras realizar un breve check dive y empezar a disfrutar de las comodidades del barco y su exquisita cocina, tomamos dirección a la isla de Santa Cruz donde ya bucearíamos más en serio.
Bien temprano por la mañana comenzamos el verdadero viaje con dos inmersiones en Punta Carrión. Sólo podemos decir que fue un gran aperitivo de lo que nos aguardaba. Nada más entrar en el agua (al minuto de inmersión), nos recibieron dos grandes grupos de rayas doradas seguidas de otro grupo de mantas. Grandes bancos de peces cirujano, alguna raya águila, tortugas y bastantes tiburones de punta blanca nos amenizaron a los largo de los dos buceos, para concluir con varios juguetones leones marinos, los primeros que veíamos bajo el agua.


Por la tarde tuvimos nuestra primera mala noticia (sí, también las hay en estos cruceros: se había roto uno de los dos motores y teníamos que decidir si bajar a tierra en la isla de Seymour o iniciar la travesía hacía la isla de Wolf, para asegurarnos las cuatro inmersiones al día siguiente. La votación salió a favor del desembarque, pese a que por nuestra parte sólo queríamos ir a bucear. Al menos en la isla pudimos ver las famosas iguanas y algunos pájaros de singulares características (pies azules y fragatas).



Tras pasar la noche rezando para que las corrientes y el viento nos ayudaran y de paso observando de lejos la erupción del volcan Wolf (por fin hemos conseguido ver un volcán en erupción, aunque a 54 km de distancia!!!) llegamos a la isla Wolf con el tiempo justo para hacer cuatro inmersiones.

Sin tiempo casi ni para descansar ni para cargar las botellas nos sumergimos dos veces en el punto de inmersión el Derrumbe y dos en Bahía Tiburón. Y qué deciros, amigos, ya desde el principio todas nuestras expectativas se vieron colmadas. A lo largo del día vimos grandes bancos de jureles, jacks, atunes, caballas, pargos, peces loro, y demás especies más pequeñas, pero sobre todo estuvimos rodeados de tiburones de punta negra, muchos tiburones galápagos (son muy muy grandes) y lo que más nos emocionó, cientos de tiburones martillo.










Las inmersiones hemos de decir que eran complicadas por las fuertes corrientes y que en un mismo grupo buceabamos gente con aire y con nitrox (la última mezcla permite mayor tiempo en el fondo). Este día también tuvimos un sustillo ya que una de las buceadoras sufrió un pequeño percance y tuvo enfermedad descompresiva, por suerte para todos y en especial para ella fue leve y no nos tuvimos que volver.
Al día siguiente, más tranquilos y con tiempo de sobra, volvimos a sumergirnos en el punto del Derrumbe dos veces, viendo la misma abundancia de vida que el día anterior aunque esta vez un poco más lejos ya que los tiburones se encontraban a mayor profundidad.
Tras levar anclas a mediodía nos dirigimos a la isla de Darwin, donde hicimos dos inmersiones más en el famoso Arco de Darwin. Aunque la corriente no nos fue muy favorable en ninguna, la diosa fortuna sí nos sonrió y en las dos ocasiones pudimos disfrutar de un gigantesco tiburón ballena que se cruzó con nosotros, sin ser la temporada.



Finalizamos en Darwin con cuatro inmersiones más en las que tuvimos la oportunidad de ver de nuevo muchos tiburones martillo, galápagos, y la gran suerte de bucear con delfines, una experiencia única. 




Para acabar nuestro periplo por las islas del norte, regresamos a Wolf donde nos tiramos otras tres veces. El mar nos regaló un día espectacular en el que varias rayas águila se lucieron durante un largo rato delante de nosotros, además del resto de animales que ya hemos mencionado y otra vez para nuestro deleite nos visitó un gran grupo de delfines. 








El último día llegamos a Cousin's Rock (ya cerca de la isla de Santa Cruz) muy contentos por la vivencia pero apenados por terminar, y nos despedimos con dos inmersiones en una pared de corales, esponjas y gorgonias, con miles de tortugas y puntas blanca, rayas, y varios leones marinos (algunos jugaban con nosotros!!!), y como colofón final, cuando subíamos ya, una gran manta vino a decirnos adiós justo al lado nuestro para dejarnos con aún más ganas para la próxima vez.


No podía dejar pasar la oportunidad de hacer esta ya típica foto del blog a 30m de profundidad, jeje.

Finalizamos el crucero visitando las conocidas tortugas de Galápagos y con una buena cena en la isla de Santa Cruz. 

La sensación general de estos días es que con seguridad volveremos alguna vez. 

Hemos pasado unos días inolvidables con unos buceadores muy majetes (y viajeros como nosotros) y diríamos que ha sido uno de los mejores viajes de buceo hasta ahora, así que Galápagos, prepárate para nuestro regreso!