Pues sí amigos, esa es la latitud más septentrional a la que se puede llegar de Europa continental (Knivskjelodden) y por supuesto (aunque decidido en último momento) voltereta allí se plantó. Tras varias semanas recorriendo Noruega siempre hacia el Norte, no podíamos dejar escapar la oportunidad de llegar a este punto emblemático. La tarea fue ardua: varios días de conducción por malas carreteras y un último recorrido a pie de más de 9 km por un terreno escabroso para llegar, comer, hacer fotos y en mi caso (Miguel) pensar "de aquí al extremo Sur de sudamérica". El paisaje no es una maravilla y solo merece la pena por el hecho de saber que has llegado a ese punto. Eso sí, durante los últimos días pudimos ver por fin multitud de renos!!!
Y como no podíamos seguir subiendo pues nos tocó dar media vuelta y comenzar el largo camino a casa para darnos un descanso (aunque aún quedan bastantes países que visitar).
Nada más cruzar Noruega nos dirigimos hacía la ciudad de Rovaniemi en la Laponia finlandesa donde pudimos conocer en persona a un personaje de nuestra niñez y de paso entregarle nuestra carta de este año (aunque poco más podemos pedir). Aquí volvimos a cruzar el Círculo Polar.
Como paradas mas reseñables en Suecia estuvimos en: Uppsala y Estocolmo.
La primera nos pareció la primera ciudad bonita (excepto Bergen) de toda escandinavia y con mucho ambiente universitario que le añadía encanto. Visitamos los túmulos funerarios vikingos más importantes y un museo al aire libre.
Y Estocolmo fue una ciudad que sí que nos encantó. Pudimos pasear por su barrio más antiguo llamado Gamla Stan, disfrutar de sus animadas calles, ojear tiendas muy originales y definitivamente pasar un buen día. Por último pudimos degustar una comida típica vikinga cocinada como se hacía hace unos 1000 años, regada con hidromiel y cerveza sin filtrar en un local perfectamente ambientado, nos chupamos los dedos!!! Recomendable 100% (Luisma en este sitio fliparías).
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sábado, 30 de agosto de 2014
domingo, 24 de agosto de 2014
Lofoten!!!
Esta entrada se la dedicamos principalmente a Alvaro, que tras aguantarnos tres semanas, se quedó muy cerca.
Por fin llegamos a las islas Lofoten, uno de los lugares que más nos había recomendado la gente y es que llevábamos mucho tiempo oyendo hablar de ellas.
La primera imagen que tuvimos fue realmente impactante y es que llegar en el ferry y ver como del mar se alzan unas montañas gigantes y escarpadas, agolpadas unas detrás de otras hasta donde alcanza la vista, es realmente flipante.
Nuestra ruta fue desde la zona más al sur de la isla de Moskenøy hasta el norte de la isla de Vesterålen. Durante estos días hemos subido y bajado varias montañas que nos han brindado vistas de postal, nos hemos acercado hasta playas paradisíacas que más parecían del Caribe que del Ártico y hemos observado una mezcla de lagos, fiordos y océano difícil de describir. Pero si la naturaleza es magnífica, no lo son tanto los pueblos que hemos visitado, la mayoría bastante industriales y alguno más mono que se dedicaba a la pesca exclusivamente.
Por fin llegamos a las islas Lofoten, uno de los lugares que más nos había recomendado la gente y es que llevábamos mucho tiempo oyendo hablar de ellas.
La primera imagen que tuvimos fue realmente impactante y es que llegar en el ferry y ver como del mar se alzan unas montañas gigantes y escarpadas, agolpadas unas detrás de otras hasta donde alcanza la vista, es realmente flipante.
Nuestra ruta fue desde la zona más al sur de la isla de Moskenøy hasta el norte de la isla de Vesterålen. Durante estos días hemos subido y bajado varias montañas que nos han brindado vistas de postal, nos hemos acercado hasta playas paradisíacas que más parecían del Caribe que del Ártico y hemos observado una mezcla de lagos, fiordos y océano difícil de describir. Pero si la naturaleza es magnífica, no lo son tanto los pueblos que hemos visitado, la mayoría bastante industriales y alguno más mono que se dedicaba a la pesca exclusivamente.
Como podéis observar ha sido increible la visita a estas islas ya que cada rincón es una foto de postal.
En estos días y gracias a nuestro compañero argentino Sebastián (y sobre todo a la falta de cerveza) hemos sido evangelizados en la religión del famoso MATE y aquí estan las pruebas.
Nuestra aventura por estas islas tuvo un final inesperado y que nos encantó y es que tuvimos la oportunidad de participar en una excursión para avistar cachalotes y vaya si la aprovechamos. Tras un largo día, con mucho frío, cansacio y mucha hambre, pudimos ver tres cachalotes de gran tamaño y bien cerca, estábamos entusiasmados!
Por último, dijimos un hasta luego a nuestro compañero de viaje Sebastián, ha sido un placer encontrarte en el camino y pasar estos días juntos. Esperamos que todo te vaya genial y aún no sabemos ni dónde ni cuándo pero sí que estamos seguros de que nos volveremos a ver.
martes, 19 de agosto de 2014
Españoles y Argentino camino de Lofoten
Si en Trondheim nos despedimos de Álvaro con mucha penita, recogimos a Sebastián, un chico argentino que nos acompañaría en nuestra ruta hacia las islas Lofoten...
La ruta se dio un poco como habíamos pensado. Mucho camino por delante, paisajes cada vez más sosegados y paradas menos jugosas. El clima es cada vez más frío e inhóspito, pero bueno es lo normal ya que hemos cruzado la línea del Círculo Polar Ártico. Aún así hemos encontrado sitios bastante chulos aunque los alces y los renos nos han esquivado por el momento (y eso que los hemos escuchado bien cerca, jaja).
La ruta se dio un poco como habíamos pensado. Mucho camino por delante, paisajes cada vez más sosegados y paradas menos jugosas. El clima es cada vez más frío e inhóspito, pero bueno es lo normal ya que hemos cruzado la línea del Círculo Polar Ártico. Aún así hemos encontrado sitios bastante chulos aunque los alces y los renos nos han esquivado por el momento (y eso que los hemos escuchado bien cerca, jaja).
sábado, 16 de agosto de 2014
Por tierras vikingas 2
Tras varios días sin poder actualizar el blog, volvemos a la carga con la segunda parte de la Noruega de los fiordos. Si la primera parte nos dejó maravillados estos días han sido iguales o mejores que los anteriores. Hemos estado en lugares increíbles y llegado a otros que ni siquiera podíamos pensar que estaríamos. La verdad es que este país nos está dejando con la boca abierta en cada sitio que nos quedamos. La cantidad de fotos que tenemos es enorme y aquí os dejamos una pequeña selección de ellas (solo unas 20) esperamos que os sigan gustando.
Tras el breve paso por Bergen nos encaminamos al valle de Flåm, un lugar precioso (como todos), que nos gustó tanto que decidimos quedarnos varios días. Aquí pudimos ver una de las iglesias más antiguas de Noruega y de las mejor conservadas, toda ella en madera. En un lugar como éste, famoso por sus cruceros, nosotros no podíamos ser menos y nos subimos en uno que nos llevo a través del fiordo Nærøyfjord, patrimonio de la Unesco. Aunque pasamos un poco de fresco, el día acompañó y disfrutamos de unas vistas increíbles. El último día nos subimos en el tren con mayor pendiente del mundo, que nos gustó pero no se notó tanto la pendiente por la cantidad de túneles que atravesamos. Al final más paisajes muy chulos, cascadas flipantes y una caminata de 21km para volver al coche.
Desde Flåm seguimos subiendo hasta llegar al la zona del glaciar Jostedalbreen, el más grande de Europa continental. A pesar de ser enorme, no apareció ante nosotros hasta estar casi al lado. Una de sus lenguas, Nigardsbreen, desciende entre las montañas hasta detenerse a orillas de un lago. Su parte más accesible y de enorme belleza. Decidimos contratar una visita guiada sobre el glaciar y, para mí, fue la mejor experiencia hasta ahora del viaje. La superficie relucía intensamente con cada rayo de sol, parecía que caminábamos sobre piedras preciosas. La extensa gama de azules, desde el tenue celeste hasta el azul más intenso, nos rodeaba por todas partes tomando formas abigarradas y caprichosas, labradas porel frío y el sol. Algo mágico, sin duda.
Continuamos hacia el norte en busca de la afamada carretera de los trolls, y mira, la encontramos. La verdad es que venimos de conducir tanto (llevamos ya 15000 km) y por tantos tipos de carreteras, que no nos "asustamos" , aunque resultó entretenida y... encontramos un troll!!!
Antes de llegar a Trondhein conocimos la isla de Averoy que nos dejó alguna buena foto y un paisaje diferente después de tanto fiordo, además de recorrer la carretera del Atlántico con su inimaginable trazado. Y el valle de Innerdalen, uno de los más bonitos de Noruega y que está rodeado de un glaciar, como podéis apreciar en las fotos. En este valle nos encontramos una pareja muy maja, con los que disfrutamos de unos vafels muy ricos y nos echamos unas risas.
Por último en la ciudad de Trondhein nos despedimos de Álvaro con un poco de pesar ya que no pudo llegar a sus queridas Lofoten ( ya sabes que haremos muchas fotod dedicadas) y esperando que haya disfrutado de este viaje tanto como nosotros.
En la ciudad nos acogió una familia increíble, que nos hizo sentir como en casa, muchísimas gracias a Juliana y Gonzalo por vuestra hospitalidad, amistad y un beso gigante a vuestros tres tesoritos, habéis sido formidables y esperamos veros pronto. Otro agradecimiento muy especial a Dani que hizo posible este encuentro.
Antes de partir rumbo a las islas Lofoten recogimos a un argentino, pero eso ya es historia de otra entrada.
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