Tras varios días sin poder actualizar el blog, volvemos a la carga con la segunda parte de la Noruega de los fiordos. Si la primera parte nos dejó maravillados estos días han sido iguales o mejores que los anteriores. Hemos estado en lugares increíbles y llegado a otros que ni siquiera podíamos pensar que estaríamos. La verdad es que este país nos está dejando con la boca abierta en cada sitio que nos quedamos. La cantidad de fotos que tenemos es enorme y aquí os dejamos una pequeña selección de ellas (solo unas 20) esperamos que os sigan gustando.
Tras el breve paso por Bergen nos encaminamos al valle de Flåm, un lugar precioso (como todos), que nos gustó tanto que decidimos quedarnos varios días. Aquí pudimos ver una de las iglesias más antiguas de Noruega y de las mejor conservadas, toda ella en madera. En un lugar como éste, famoso por sus cruceros, nosotros no podíamos ser menos y nos subimos en uno que nos llevo a través del fiordo Nærøyfjord, patrimonio de la Unesco. Aunque pasamos un poco de fresco, el día acompañó y disfrutamos de unas vistas increíbles. El último día nos subimos en el tren con mayor pendiente del mundo, que nos gustó pero no se notó tanto la pendiente por la cantidad de túneles que atravesamos. Al final más paisajes muy chulos, cascadas flipantes y una caminata de 21km para volver al coche.
Desde Flåm seguimos subiendo hasta llegar al la zona del glaciar Jostedalbreen, el más grande de Europa continental. A pesar de ser enorme, no apareció ante nosotros hasta estar casi al lado. Una de sus lenguas, Nigardsbreen, desciende entre las montañas hasta detenerse a orillas de un lago. Su parte más accesible y de enorme belleza. Decidimos contratar una visita guiada sobre el glaciar y, para mí, fue la mejor experiencia hasta ahora del viaje. La superficie relucía intensamente con cada rayo de sol, parecía que caminábamos sobre piedras preciosas. La extensa gama de azules, desde el tenue celeste hasta el azul más intenso, nos rodeaba por todas partes tomando formas abigarradas y caprichosas, labradas porel frío y el sol. Algo mágico, sin duda.
Continuamos hacia el norte en busca de la afamada carretera de los trolls, y mira, la encontramos. La verdad es que venimos de conducir tanto (llevamos ya 15000 km) y por tantos tipos de carreteras, que no nos "asustamos" , aunque resultó entretenida y... encontramos un troll!!!
Antes de llegar a Trondhein conocimos la isla de Averoy que nos dejó alguna buena foto y un paisaje diferente después de tanto fiordo, además de recorrer la carretera del Atlántico con su inimaginable trazado. Y el valle de Innerdalen, uno de los más bonitos de Noruega y que está rodeado de un glaciar, como podéis apreciar en las fotos. En este valle nos encontramos una pareja muy maja, con los que disfrutamos de unos vafels muy ricos y nos echamos unas risas.
Por último en la ciudad de Trondhein nos despedimos de Álvaro con un poco de pesar ya que no pudo llegar a sus queridas Lofoten ( ya sabes que haremos muchas fotod dedicadas) y esperando que haya disfrutado de este viaje tanto como nosotros.
En la ciudad nos acogió una familia increíble, que nos hizo sentir como en casa, muchísimas gracias a Juliana y Gonzalo por vuestra hospitalidad, amistad y un beso gigante a vuestros tres tesoritos, habéis sido formidables y esperamos veros pronto. Otro agradecimiento muy especial a Dani que hizo posible este encuentro.
Antes de partir rumbo a las islas Lofoten recogimos a un argentino, pero eso ya es historia de otra entrada.
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