En nuestra ruta hacía el sur de Argentina, teníamos una cuenta pendiente en Buenos Aires con nuestro amigo Sebastián, que fue nuestro compañero en parte de la travesía por Noruega. Nada más llegar, allí estaba él esperándonos con los brazos abiertos y tras los correspondientes besos y abrazos nos dirigimos a su casa donde nos alojaríamos los siguientes días. Como gran anfitrión nos llevó a recorrer varias cervecerías que tanto añorábamos y nos invitó a un concierto donde lo pasamos genial.
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Cenorra con Sebas |
Nuestra idea inicial era estar solamente tres o cuatro días por Buenos Aires, pero al final disfrutamos de esta ciudad por una semana entera.
Durante estos días pudimos conocer una ciudad muy viva, donde se respira música, arte y buen ambiente por los cuatro costados, pese a la mala situación económica de Argentina.
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En el paseo de la historieta |
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Para los más echaos p´alante |
Recorrer las calles del barrio de San Telmo (en domingo), con sus innumerables puestos de artesanía y de tiendas de antigüedades, mientras bandas de todo tipo de música amenizaban nuestros oídos fue un gustazo.
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Artistas animando el ambiente |
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El barrio de San Telmo |
Otro día lo dedicamos a pasear por las calles del famoso barrio de Boca, siendo la zona más característica "el Paseíto", plagado de coloridas y pintotescas casas donde desde el bullicio se podían observar desde bailarines de tango a caricaturas de madera asomadas a los balcones.
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El colorido "caminito" |
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No se lo pierde ni el papa |
La reserva de Puerto Madero y los parques de Palermo son muy agradables para pasear.
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El rosedal |
Una de las noches tuvimos la suerte de poder volver a ver a Román y Erica, que habíamos conocido en Salento, nos invitaron a una extraordinaria fondue y pasamos una genial velada que finalizó con un recorrido nocturno por la ciudad y un helado en el centro.
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Increíble fondue y mejor compañía |
Por último nos acercamos a una obra de teatro muy peculiar y que nos encantó, consistía en una actuación con degustación de una cena, pero con la peculiaridad de que todo se hacía a oscuras, sin que pudieras ver nada, dejando que fueran los otros cuatro sentidos quienes "vieran".
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El gran descubrimiento |
Al finalizar la semana, nos dirigimos al pueblo de Sebastián, Chacabuco, que teníamos muchas ganas de conocer, donde nos esperaba el resto de su familia.
Nos acogieron como si fuéramos parte de ellos y así nos lo hicieron sentir desde un primer momento por lo que no podemos más que agradecérselo a todos y en especial a sus padres Ricardo y Mónica.
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En casa... como en casa |
Para finalizar nuestras estancia en Chacabuco y para homenajear a nuestra ya familia argentina, les preparamos una comida típica española.
Grande la foto con "el vasquito". Gracias por lo que me toca :p
ResponderEliminarA seguir disfrutando!
Besos
Muy grande! Jeje
ResponderEliminarUn destino que tengo que conocer algún día. Muchas gracias por vuestro reportaje.
ResponderEliminarNos alegramos de que te haya gustado :)
ResponderEliminarDisfrutad de Argentina, que da para mucho. Besos a los dos.
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