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martes, 24 de febrero de 2015

Del tango al campo (Buenos Aires y Chacabuco)

En nuestra ruta hacía el sur de Argentina, teníamos una cuenta pendiente en Buenos Aires con nuestro amigo Sebastián, que fue nuestro compañero en parte de la travesía por Noruega. Nada más llegar, allí estaba él esperándonos con los brazos abiertos y tras los correspondientes besos y abrazos nos dirigimos a su casa donde nos alojaríamos los siguientes días. Como gran anfitrión nos llevó a recorrer varias cervecerías que tanto añorábamos y nos invitó a un concierto donde lo pasamos genial.
Cenorra con Sebas

Nuestra idea inicial era estar solamente tres o cuatro días por Buenos Aires, pero al final disfrutamos de esta ciudad por una semana entera.
Durante estos días pudimos conocer una ciudad muy viva, donde se respira música, arte y buen ambiente por los cuatro costados, pese a la mala situación económica de Argentina.
En el paseo de la historieta
Para los más echaos p´alante

Recorrer las calles del barrio de San Telmo (en domingo), con sus innumerables puestos de artesanía y de tiendas de antigüedades, mientras bandas de todo tipo de música amenizaban nuestros oídos fue un gustazo.
Artistas animando el ambiente
El barrio de San Telmo

Otro día lo dedicamos a pasear por las calles del famoso barrio de Boca, siendo la zona más característica "el Paseíto", plagado de coloridas y pintotescas casas donde desde el bullicio se podían observar desde bailarines de tango a caricaturas de madera asomadas a los balcones.
El colorido "caminito"
No se lo pierde ni el papa

Por supuesto no pudo faltar la visita a la Casa Rosada, la plaza del obelisco y demás monumentos característicos.
Casa Rosada que, en efecto, lo es

El grandioso teatro Colón
El obelisco

La reserva de Puerto Madero y los parques de Palermo son muy agradables para pasear.
El rosedal

Una de las noches tuvimos la suerte de poder volver a ver a Román y Erica, que habíamos conocido en Salento, nos invitaron a una extraordinaria fondue y pasamos una genial velada que finalizó con un recorrido nocturno por la ciudad y un helado en el centro.
Increíble fondue y mejor compañía

Por último nos acercamos a una obra de teatro muy peculiar y que nos encantó, consistía en una actuación con degustación de una cena, pero con la peculiaridad de que todo se hacía a oscuras, sin que pudieras ver nada, dejando que fueran los otros cuatro sentidos quienes "vieran".
El gran descubrimiento

Al finalizar la semana, nos dirigimos al pueblo de Sebastián, Chacabuco, que teníamos muchas ganas de conocer, donde nos esperaba el resto de su familia.
Nos acogieron como si fuéramos parte de ellos y así nos lo hicieron sentir desde un primer momento por lo que no podemos más que agradecérselo a todos y en especial a sus padres Ricardo y Mónica.
En casa... como en casa

El finde combinó un poco de todo, por las noches y pese a nuestro cansancio, salimos de fiesta y los días fueron para el campo. Fue allí donde saboreamos la verdadera pampa húmeda argentina, un remanso de paz y tranquilidad.
Pampeando
Espacio infinito

"Jarreando"





Por fin probamos el tradicional asado argentino de manos de un experto asador que hizo que se nos derritiera el paladar y tras un merecido descanso incluso pudimos montar a caballo (en este caso la yegua Pampita).



Para finalizar nuestras estancia en Chacabuco y para homenajear a nuestra ya familia argentina, les preparamos una comida típica española.

5 comentarios:

  1. Grande la foto con "el vasquito". Gracias por lo que me toca :p

    A seguir disfrutando!

    Besos

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  2. Un destino que tengo que conocer algún día. Muchas gracias por vuestro reportaje.

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  3. Nos alegramos de que te haya gustado :)

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  4. Disfrutad de Argentina, que da para mucho. Besos a los dos.

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