En las próximas entradas os relataremos las peripecias que vivimos a lo largo de once días en el viaje más increíble de todos los realizados dentro de esta gran aventura. Lo primero es agradecer a quien encendió el interruptor con la idea de que viajar a la Antártida era posible: Coby Hansen (You really can´t miss it, bud!).
5 de Febrero de 2015: Por fin llegó el día que estábamos
esperando desde hacía varias semanas. Tras pasar las últimas horas en Ushuaia
concluyendo los preparativos, nos dirigimos al puerto, donde un autobús nos
trasladó al muelle en el que nos estaba esperando nuestro barco, el Sea Spirit.
Teníamos los nervios a flor de piel, hacía unos meses no nos podíamos ni
imaginar la posibilidad de realizar este viaje, y allí nos encontrábamos,
dispuestos a vivir lo inimaginable.
Tras realizar un rápido embarque,
conocimos nuestros camarotes
(compartíamos cabina con otros dos chicos o chicas) lo más lujoso de
todo nuestro viaje, realmente increíbles. Tras las correspondientes charlas de
presentación de la tripulación y normas de seguridad el barco zarpó con buen
viento, con intención de traspasar el estrecho de Beagle.
Tuvimos tiempo de ir
explorando la nave, los diferentes
espacios comunes, las cubiertas de proa y popa, tomar fotos de la partida y el
hermoso paisaje que nos rodeaba e ir conociendo a nuestros compañeros de viaje.
Ya a la hora de la cena se nos
informó de que el capitán había decidido pernoctar cobijados en el estrecho y
no adentrarnos durante la noche en el
tan temido pasaje de Drake, ya que se esperaba una gran tormenta y olas de más
de 13 metros.
6 de Febrero de 2015: Nada más comenzar el día, el Sea Spirit se
dispuso a afrontar uno de los mares más complicados que se pueden navegar, el
famoso pasaje de Drake. Durante todo el día asistimos a diferentes conferencias
de científicos y expertos (acerca de biología, geología, historia…) y pudimos
observar un buen número de aves mientras esperábamos otear alguna que otra
ballena, algo imposible, ya que a medida que pasaba el día las olas
incrementaban su tamaño. Por suerte pudimos bordear la fuerte tormenta y las
olas sólo llegaron a los diez u once metros.
Aún así el efecto del Drake se hizo notar entre los pasajeros. Más de la
mitad sufrieron las consecuencias de tanto balanceo y cada vez éramos menos los
que nos dejábamos ver por el barco.
7 de Febrero de 2015: Amanecimos con una niebla que nos
envolvió a lo largo del día, la temperatura bajaba por momentos y las olas
mantenían su tamaño, la dureza del pasaje de Drake se hacía patente a cada
minuto y aumentaba el número de pasajeros que permanecía en su camarote.
Nosotros por el contrario, emocionados con el viaje, no nos perdimos ninguna de
las interesantes charlas ni abundantes comidas (había que recuperar alguno de
los kilos perdidos en el viaje). Agradecimos los momentos en la cubierta, para
despejarnos y sentir el aire helado, mientras las olas envolvían el casco y la
niebla y las oscuras aguas transmitían una sensación de misterio.
La fuerte voz de Lucho junto con
los cuentos de Fede y el acento francés de Marine nos acompañaron en todo
momento (casi), amenizando estos tres días de bruscos movimientos y de nervios
por llegar al continente de hielo.
8 de Febrero del 2015: Había llegado el día, hoy veríamos por
primera vez el séptimo continente. Y así fue, nada más abrir las cortinas de
los camarotes a primera hora de la mañana, vimos como el barco se adentraba en
las Islas Shetland. Las sensaciones eran increíbles, los primeros icebergs
hacían su aparición y nos veíamos rodeados de blancas montañas que podíamos
vislumbrar entre las bajas nubes que nos acompañaban.
Poco a poco las cubiertas
del barco se llenaron de caras que irradiaban alegría y emoción, el pasaje de
Drake había quedado atrás y por fin nos disponíamos a afrontar unos días que
nos cambiarían la vida.
Bien temprano se nos comunicaba
que a lo largo del día realizaríamos dos desembarcos en diferentes islas y que
estuviéramos atentos al mar que nos rodeaba ya que la presencia de ballenas
podía hacerse notar en cualquier momento.
Half Moon Island (Isla media luna
para los no anglos). Con la rapidez que da la ilusión nos pusimos varias capas
de ropa, nuestra querida parca de Quark y las botas impermeables y nos subimos
a la zodiac que nos desembarcaría en la isla. El tocar la tierra nos llenó de
emoción, la vista era sobrecogedora, el contraste de las rocas negras sobre el
hielo y la nieve blancos con una única nota de color, el rojo de las algas dejadas
por la marea.
Una barca ballenera abandonada rememoraba tiempos pasados y un sinfín de pingüinos “Chinstrap” correteaban por la playa entre varias focas de buen tamaño.
Una barca ballenera abandonada rememoraba tiempos pasados y un sinfín de pingüinos “Chinstrap” correteaban por la playa entre varias focas de buen tamaño.
Pasada la emoción de las primeras
sensaciones y tras sacar las primeras centenas de fotos, nos dispusimos a
realizar una caminata por la nieve que nos llevó a la base argentina de Cámara
y a unos puntos de vista que en ese momento pensábamos que serían únicos. A
partir de aquí esperamos que las fotos hagan algo de justicia de los sitios
donde pasamos ya que describirlo con palabras es realmente complicado.
Una vez de vuelta al barco, algún
valiente se animó a darse un bañito en el jacuzzi en la cubierta número 5
rodeado de un paisaje congelado.
La siguiente parada nos llevó a
Isla Decepción, un nombre muy injusto, ya que lejos de decepcionar, embauca a
aquel que la pisa. Esta isla, de forma de herradura, es realmente la parte más elevada de un volcán. Nosotros
accedimos a la caldera (que está inundada por el mar formando una gran bahía) a
través de un estrecho pasaje que hizo que casi se nos pusieran los pelos de
punta.
Tras el correspondiente desembarco y la posterior caminata entre nieve y
glaciares, llegamos a la parte más elevada de la isla.
Las vistas no tenían parangón y por suerte el tiempo nos dio un pequeño lujo, dejando salir el sol entre las brumas y maravillándonos con una perspectiva de todo lo que nos rodeaba.
Las vistas no tenían parangón y por suerte el tiempo nos dio un pequeño lujo, dejando salir el sol entre las brumas y maravillándonos con una perspectiva de todo lo que nos rodeaba.
9 de Marzo del 2015
El día se levantó una vez más
cubierto por un cielo gris oscuro, que acentuaba notablemente la nieve de un
blanco brillante e inmaculado y los bloques de hielo que navegaban a la deriva.
El sol que a veces se asomaba arrancaba reflejos chispeantes y otorgaba al
paisaje de un resplandor misterioso.
Por la mañana desembarcamos en
Portal Point, nuestro primer contacto con el continente. Hielo, nieve y
glaciares hasta donde se pierde la mirada. Focas un tanto hurañas. Los icebergs
gigantes, azules, sobre un mar plomizo y en calma.
El segundo trayecto marcado, para nosotros se quedó en incógnita, ya que uno de los pasajeros decidió que él no tenía porqué seguir las señales de la ruta (las reglas no están hechas para él en un mundo donde el dinero lo mueve todo) se aventuró por la colina y acabó cayendo a un agujero de 8 metros de profundidad. Tardaron 20 minutos en oírle gritar y más de una hora en rescatarle. Por fortuna no le ocurrió nada pero cerraron el acceso a esa zona de la travesía.
El segundo trayecto marcado, para nosotros se quedó en incógnita, ya que uno de los pasajeros decidió que él no tenía porqué seguir las señales de la ruta (las reglas no están hechas para él en un mundo donde el dinero lo mueve todo) se aventuró por la colina y acabó cayendo a un agujero de 8 metros de profundidad. Tardaron 20 minutos en oírle gritar y más de una hora en rescatarle. Por fortuna no le ocurrió nada pero cerraron el acceso a esa zona de la travesía.
Por la tarde, en la zodiac con Fede fuimos en busca de ballenas
jorobadas aunque no hizo falta buscarlas. Había docenas, estaban en todas
partes, agrupadas en parejas o tríos, nos mostraron un espectáculo alucinante.
Se exhibían ante nosotros, lomos, cabezas, colas, muy cerca de las zodiacs, en
una majestuoso baile mientras capturaban el krill. Fue tanta la emoción que una
lagrimita se nos escapó.
La expedición continuará en la siguiente entrada, que esperamos que sea pronto.
¡Qué pasada! Es increíble.
ResponderEliminarEs el sitio mas alucionante donde habeis estado! Lo de las ballenas me ha flipado!
ResponderEliminarIncreíble!!!!
ResponderEliminarBrutalmente bonito!
ResponderEliminarUna pasada la verdad y una gozada las fotos, gracias por compartirlo!!
La foca cargando con cara de mala ostia acojona jajaja.
PD-Cuidaros y un abrazo fuerte. Miche afeitate esas barbas!!
Que fotos!!!Que paisajes!!!Impresionantemente bello todo,todoooooooooo.
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