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martes, 17 de marzo de 2015

El último continente (La Antártida)


En las próximas entradas os relataremos las peripecias que vivimos a lo largo de once días en el viaje más increíble de todos los realizados dentro de esta gran aventura. Lo primero es agradecer a quien encendió el interruptor con la idea de que viajar a la Antártida era posible:  Coby Hansen (You really can´t miss it, bud!). 


5 de Febrero de 2015: Por fin llegó el día que estábamos esperando desde hacía varias semanas. Tras pasar las últimas horas en Ushuaia concluyendo los preparativos, nos dirigimos al puerto, donde un autobús nos trasladó al muelle en el que nos estaba esperando nuestro barco, el Sea Spirit. Teníamos los nervios a flor de piel, hacía unos meses no nos podíamos ni imaginar la posibilidad de realizar este viaje, y allí nos encontrábamos, dispuestos a vivir lo inimaginable.





Tras realizar un rápido embarque, conocimos nuestros camarotes  (compartíamos cabina con otros dos chicos o chicas) lo más lujoso de todo nuestro viaje, realmente increíbles. Tras las correspondientes charlas de presentación de la tripulación y normas de seguridad el barco zarpó con buen viento, con intención de traspasar el estrecho de Beagle. 




Tuvimos tiempo de ir explorando  la nave, los diferentes espacios comunes, las cubiertas de proa y popa, tomar fotos de la partida y el hermoso paisaje que nos rodeaba e ir conociendo a nuestros compañeros de viaje.

Ya a la hora de la cena se nos informó de que el capitán había decidido pernoctar cobijados en el estrecho y no adentrarnos durante la noche  en el tan temido pasaje de Drake, ya que se esperaba una gran tormenta y olas de más de 13 metros.


6 de Febrero de 2015: Nada más comenzar el día, el Sea Spirit se dispuso a afrontar uno de los mares más complicados que se pueden navegar, el famoso pasaje de Drake. Durante todo el día asistimos a diferentes conferencias de científicos y expertos (acerca de biología, geología, historia…) y pudimos observar un buen número de aves mientras esperábamos otear alguna que otra ballena, algo imposible, ya que a medida que pasaba el día las olas incrementaban su tamaño. Por suerte pudimos bordear la fuerte tormenta y las olas sólo llegaron a los diez u once metros.  Aún así el efecto del Drake se hizo notar entre los pasajeros. Más de la mitad sufrieron las consecuencias de tanto balanceo y cada vez éramos menos los que nos dejábamos ver por el barco.


Para nosotros éste fue un día importante ya que, junto con Luciano “Lucho” y Fede “El Tigre” por parte de Argentina, Marine, francesa adoptada en Ushuaia y  Sarah,  la norteamericana que mejor habla argentino y Alex, el alemán que hablaba poco pero entendía mucho, formamos el único grupito de habla hispana que se hizo inseparable durante el resto del viaje creando un vínculo que durará más allá. Largos e intensos días de risas continuadas sin las que la experiencia, a pesar de haber sido increíble, no hubiera sido la misma.





7 de Febrero de 2015: Amanecimos con una niebla que nos envolvió a lo largo del día, la temperatura bajaba por momentos y las olas mantenían su tamaño, la dureza del pasaje de Drake se hacía patente a cada minuto y aumentaba el número de pasajeros que permanecía en su camarote. Nosotros por el contrario, emocionados con el viaje, no nos perdimos ninguna de las interesantes charlas ni abundantes comidas (había que recuperar alguno de los kilos perdidos en el viaje). Agradecimos los momentos en la cubierta, para despejarnos y sentir el aire helado, mientras las olas envolvían el casco y la niebla y las oscuras aguas transmitían una sensación de misterio. 


La fuerte voz de Lucho junto con los cuentos de Fede y el acento francés de Marine nos acompañaron en todo momento (casi), amenizando estos tres días de bruscos movimientos y de nervios por llegar al continente de hielo.


8 de Febrero del 2015: Había llegado el día, hoy veríamos por primera vez el séptimo continente. Y así fue, nada más abrir las cortinas de los camarotes a primera hora de la mañana, vimos como el barco se adentraba en las Islas Shetland. Las sensaciones eran increíbles, los primeros icebergs hacían su aparición y nos veíamos rodeados de blancas montañas que podíamos vislumbrar entre las bajas nubes que nos acompañaban.

Poco a poco las cubiertas del barco se llenaron de caras que irradiaban alegría y emoción, el pasaje de Drake había quedado atrás y por fin nos disponíamos a afrontar unos días que nos cambiarían la vida.

Bien temprano se nos comunicaba que a lo largo del día realizaríamos dos desembarcos en diferentes islas y que estuviéramos atentos al mar que nos rodeaba ya que la presencia de ballenas podía hacerse notar en cualquier momento.

Half Moon Island (Isla media luna para los no anglos). Con la rapidez que da la ilusión nos pusimos varias capas de ropa, nuestra querida parca de Quark y las botas impermeables y nos subimos a la zodiac que nos desembarcaría en la isla. El tocar la tierra nos llenó de emoción, la vista era sobrecogedora, el contraste de las rocas negras sobre el hielo y la nieve blancos con una única nota de color, el rojo de las algas dejadas por la marea.




Una barca ballenera abandonada rememoraba tiempos pasados y un sinfín de pingüinos “Chinstrap” correteaban por la playa entre varias focas de buen tamaño.



Pasada la emoción de las primeras sensaciones y tras sacar las primeras centenas de fotos, nos dispusimos a realizar una caminata por la nieve que nos llevó a la base argentina de Cámara y a unos puntos de vista que en ese momento pensábamos que serían únicos. A partir de aquí esperamos que las fotos hagan algo de justicia de los sitios donde pasamos ya que describirlo con palabras es realmente complicado.





Una vez de vuelta al barco, algún valiente se animó a darse un bañito en el jacuzzi en la cubierta número 5 rodeado de un paisaje congelado.


La siguiente parada nos llevó a Isla Decepción, un nombre muy injusto, ya que lejos de decepcionar, embauca a aquel que la pisa. Esta isla, de forma de herradura, es realmente  la parte más elevada de un volcán. Nosotros accedimos a la caldera (que está inundada por el mar formando una gran bahía) a través de un estrecho pasaje que hizo que casi se nos pusieran los pelos de punta.






Tras el correspondiente desembarco y la posterior caminata entre nieve y glaciares, llegamos a la parte más elevada de la isla. 



Las vistas no tenían parangón y por suerte el tiempo nos dio un pequeño lujo, dejando salir el sol entre las brumas y maravillándonos con una perspectiva de todo lo que nos rodeaba.







9 de Marzo del 2015

El día se levantó una vez más cubierto por un cielo gris oscuro, que acentuaba notablemente la nieve de un blanco brillante e inmaculado y los bloques de hielo que navegaban a la deriva. El sol que a veces se asomaba arrancaba reflejos chispeantes y otorgaba al paisaje de un resplandor misterioso.



Por la mañana desembarcamos en Portal Point, nuestro primer contacto con el continente. Hielo, nieve y glaciares hasta donde se pierde la mirada. Focas un tanto hurañas. Los icebergs gigantes, azules, sobre un mar plomizo y en calma. 



El segundo trayecto marcado, para nosotros se quedó en incógnita, ya que uno de los pasajeros decidió que él no tenía porqué seguir las señales de la ruta (las reglas no están hechas para él en un mundo donde el dinero lo mueve todo)  se aventuró por la colina y acabó cayendo a un agujero de 8 metros de profundidad. Tardaron 20 minutos en oírle gritar y más de una hora en rescatarle. Por fortuna no le ocurrió nada pero cerraron el acceso a esa zona de la travesía.



Por la tarde, en la zodiac  con Fede fuimos en busca de ballenas jorobadas aunque no hizo falta buscarlas. Había docenas, estaban en todas partes, agrupadas en parejas o tríos, nos mostraron un espectáculo alucinante. Se exhibían ante nosotros, lomos, cabezas, colas, muy cerca de las zodiacs, en una majestuoso baile mientras capturaban el krill. Fue tanta la emoción que una lagrimita se nos escapó.









Y por la noche… cenita y todos al jacuzzi!!!

La expedición continuará en la siguiente entrada, que esperamos que sea pronto.

5 comentarios:

  1. Es el sitio mas alucionante donde habeis estado! Lo de las ballenas me ha flipado!

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  2. Brutalmente bonito!
    Una pasada la verdad y una gozada las fotos, gracias por compartirlo!!
    La foca cargando con cara de mala ostia acojona jajaja.
    PD-Cuidaros y un abrazo fuerte. Miche afeitate esas barbas!!

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  3. Que fotos!!!Que paisajes!!!Impresionantemente bello todo,todoooooooooo.

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