Al día siguiente nos fuimos a la fiesta de cumpleaños de un amigo de Carlos, en Zacatlán de las Manzanas. No teníamos muchas esperanzas y sólo nos apetecía por estar con Carlos, Alfredo y Fátima. Al final nos lo pasamos genial, la fiesta tenía temática años 20 e intentamos disfrazarnos con lo poco que teníamos. Los organizadores, Armando y Rubén, que además fueron cocineros, djs y de todo, estuvieron de diez, unas personas súper majas y muy acogedoras. Tanto ellos como el resto de los asistentes nos hicieron sentir como en casa.
Al día siguiente, después de un fantástico y abundante desayuno típico mexicano, nos despedimos de Armando y Rubén y del resto de invitados y nos dirigimos a las cascadas de Tulimán. A pesar del tráfico y de la gran cantidad de gente, nos gustaron mucho. La cascada principal es realmente alta y con un imponente caudal, la vegetación que la rodea es exuberante. También nos gustó la parte donde confluyen los dos ríos que hay en el parque. Uno desciende formando pequeñas cascadas y el otro atrvesando un estrecho cañón, todo rodeado de frondosos árboles.
El lunes era fiesta en México, por lo que aprovechamos para ir con Carlos y Alfredo a realizar otra excursión, el Centro Ceremonial Otomí. Aunque construido en los años 80, el complejo está basado en la cultura Otomí. Es realmente impactante su tamaño y lo bien cuidado que se encuentra.
No pudimos acabar mejor el día que con una comida familiar en casa de los padres de Alfredo. La comida estuvo deliciosa y la familia de Alf nos hizo sentir como si fuéramos parte de ellos. Muchas gracias y os esperamos por España.
Nuestro último día en México DF fue prácticamente dedicado a la gastronomía. Tras visitar un poco la zona del Zócalo (plaza principal de DF), comimos en un restaurante con nuestros dos anfitriones, donde la comida estuvo de lujo. Raquel llegó a probar los escamoles (huevos de hormigas!!!!). Gran trabajo el de Carlos en la renovación de este lugar.
La cena fue cosa nuestra, nos pusimos el delantal y preparamos unos platos a los chicos y a Fátima. Creemos que no salió mal el asunto, pese a las dificultades para comprar la materia prima que queríamos y una cocina que desconocíamos. Según ellos todo estaba bueno. La despedida ya fue otra cosa, como siempre es difícil deciros adiós.
Sólo nos queda agradecer todos estos días con vosotros, han sido geniales.
Esta entrada de vuestro blog me ha encantado....... por todo; fiesta, lugares, paisajes........ una maravilla!!!! Miche, querido hijo! no se si eres Indiana Jones o Eliott Ness, en ambos casos estás guapísimo, aún así sigue deslumbrándote Ra, que guapa mi niña. Seguir disfrutando .......... nosotros seguiremos añorándoos. Un beso muy grandote, mis querido hijos. Os quiere, mamá.
ResponderEliminar