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sábado, 6 de diciembre de 2014

En tierra zapatista

Dirigiéndonos hacia el norte desde Oaxaca llegamos a una de las ciudades más visitadas de Chiapas: San Cristóbal de las Casas. Se trata de un antiguo asentamiento colonial que, en su evolución, digamos que continúa colonizado. Su núcleo se compone de multitud de establecimientos comerciales "artesanos", "ecológicos ", "zen", "chill-out"... bares, restaurantes, vinotecas, hoteles, todo ello con un marcado carácter europeo, enfocado a un turista tipo alternativo, alternativo-pijo. Todo esto genera un ambiente muy agradable y a la vez artificial, donde se ha perdido la genuinidad. Nos alojamos en la posada El abuelito, la cual recomendamos sin duda, un lugar en el que apetece quedarse mucho tiempo. Agradable, cuidado, muy buen ambiente, cocina estupenda y el desayuno, incluido, de lujo.







Desde aquí visitamos El cañón del Sumidero, en la cuenca del río Grijalva, cuya imagen representa el escudo de Chiapas. Con sus paredes de hasta 1000 metros y su profundidad de 300m, es imponente. Nos impresionó la cascada "Árbol de navidad", en la que la roca moldeada por el agua y tapizada de musgo y líquen, confiere a la pared la forma de un auténtico abeto sobre el que se desliza una sutil cascada que con el reflejo de luz hace las veces de guirnaldas. Alberga gran variedad de flora y fauna: vimos numerosas aves y cocodrilos de gran tamaño!!! Chiapa de Corzo, de donde salen las barcas hacia el cañón, no merece la pena ni para media hora.




Hicimos un tour con un guía buenísimo a dos pueblos indígenas: San Juan de Chamula y Zinacantán. Lo más interesante fue hacerlo guiado, ya que nos explicaron un montón de cosas de las costumbres y creencias mayas que se practican en la actualidad. Nos encantó entrar en la iglesia de San Juan de Chamula, donde rinden culto a los dioses a través de ritos con velas, inciensos y plantas. Al entrar, te inunda un fuerte olor a resina, ya que el suelo está enteramente alfombrado por hojas de pino. Hay grupos más o menos numerosos de personas distribuidos por todo el espacio, que carece de mobiliario salvo en los flancos, sentados en el suelo. Se disponen alrededor de muchas velas, colocadas en filas, encendidas, en diferentes estados de consumición, y murmuran sus rezos. Salpican bien agua o refrescos y licores, y luego todos beben. Cada grupo realiza su rito propio en función de la petición que realice aconsejados por el chamán. Realmente un ambiente cargado de misticismo.







Del antiguo movimiento zapatista y de la guerrilla ya no queda más que un teatro que hacen para los turistas donde cobran por entrar en sus pueblos y ellos siguen con pasamontañas. Nosotros viendo el panorama pasamos de hacerlo.
Nuestra última parada en México fue Palenque, como ciudad no tiene ningún atractivo, pero nos servía para acceder a las ruinas de Palenque y para cruzar la frontera hacia Guatemala.
Las ruinas nos encantaron, están muy bien conservadas y se pueden ver bastantes relieves de estuco, algunos con colores originales. Tienen un gran palacio del que te puedes hacer una buena idea de cómo vivían y estaban organizados, y numerosos templos que se adentran en la selva.







Aprovechamos para visitar Misol-Ha, una cascada impresionante ¡por la que puedes pasar por detrás! Y Agua Azul, un conjunto de pozas y cascadas que sería agradable si no fuera por el circo que hay montado, ventas de ropas, regalos, comida... Demasiado.






Al día siguiente contratamos un paquete para visitar las ruinas de Bonampak y Yaxchilan y cruzar la frontera. Intentamos hacerlo por nuestra cuenta, pero por mucho que ponga en los foros, no sale más barato. Bonampak destaca por unos murales impecables en conservación y colorido, son impresionantes. Yaxchilan se encuentra en un meandro del río Usumacinta, frontera natural entre México y Guatemala. Se accede en barca, y lo mejor es lo recóndito del lugar, intrincado en la jungla, con cientos de monos aulladores como banda sonora, misterioso, te hace sentir un poco "Indiana Jones". 








Nuestra próxima parada: Guatemala.
  

1 comentario:

  1. Me muero de envidia cada vez que me Llegan noticias vuestras, y más ahora que os acercáis a tierras que conocí hace años.
    No dejéis de ir a Tikal, podéis quedaros en Flores, si sigue como yo lo conocí era un pueblo encantador.
    El lago Atitlan, con sus 7 pueblos
    Chichicastenango: es muy parecido a lo que acabáis de ver en Chiapas.
    Y otro sitio a no perderse es Antigua, una ciudad colonial, rodeada de volcanes con un ¿espíritu? Muy especial.
    Todo ello muy turística do, claro, como en México, pero hay que intentar sacar de la foto el turismo y quedarse con la esencia. Ya nos contareis. Muchos besitos

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